A su bolívar soberano, sea cual sea el billete, vayan doblándolo bien dobladito, y se lo comienzan a meter suavemente por el bolsillo de atrás. Así, ciudadano Presidente, que su anuncio lo que ha hecho es oficializar lo que ya andaba en la calle
El régimen comunista que destruye a Venezuela a paso de perdedores acaba de dar otro salto en el camino que conduce al despeñadero y al quiebre final del país y de la nación, con su recién anunciada reconversión monetaria que se estrenará en el mes de junio, cuando la hiperinflación haya sobrepasado las expectativas que hoy se ha impuesto.
Nicolás Maduro ha hecho como el gato con la hiperinflación que la revolución le ha regalado a los venezolanos, para que se mueran de hambre porque sus sueldos no alcanzan ni medianamente para un día de alimentación, y de mengua porque igualmente no hay con qué comprar un antibiótico que cuesta hasta 10 o más salarios mínimos.
Maduro quiere tapar la enorme plasta que su desastroso desempeño ha puesto en el país para traernos la más virulenta crisis social, económica y política de toda su historia republicana. Le va a echar, con su reconversión monetaria, arenita revolucionaria a la podredumbre económica de su revolución creyendo que con eso tapa la escalada de precios más alta que presenta a nivel del mundo cualquier país.
El 4 de junio el precio de un pollo o de un kilo de carne, o de cualquier otro producto alimenticio o enseres del hogar tendrá tres ceros menos, pero los sueldos y salarios de los venezolanos igualmente tendrán tres ceros menos, lo cual indica claramente que nada va a cambiar. Por el contrario, la inflación proseguirá su alocada carrera con su secuela de muerte de venezolanos por el flagelo del hambre y la destrucción total del país.
Pero es que a Maduro ya le había caído adelante el propio pueblo venezolano en eso de la reconversión monetaria, porque aquí ya no se hablaba sino de precios con esos tres ceros menos. Una persona solicitaba servicios en cualquier parte y cuando pedía el importe de los mismos le decían 500 bolívares y ya uno sabía que se trataba de 500 mil bolívares bien “fuertes”.
Así, ciudadano Presidente, que su anuncio lo que ha hecho es oficializar lo que ya andaba en la calle, porque la gente ya hablaba en esos términos para desembarazarse de la espinosa situación del manejo de cifras de hiperinflación hecha en socialismo.
A su bolívar soberano, sea cual sea el billete, vayan doblándolo bien dobladito, y se lo comienzan a meter suavemente por el bolsillo de atrás, de la misma manera como el iniciador de la tragedia venezolana, el engendro infernal de Sabaneta de Barinas, le recomendaba hacer a los dueños de los medios impresos que le eran hostiles porque le decían las verdades sobre la corruptela de su gobierno y el desastre que se avizoraba.