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Las nuevas 15 atribuciones que el presidente Nicolás Maduro delegó a Tareck El Aissami como vicepresidente de la República lo preparan para una eventual candidatura para ocupar la silla de Miraflores. Esta es la lectura coincidente entre analistas políticos, quienes reafirman que el jefe de Estado mueve “sus piezas” en aras de que el oficialismo se mantenga en el poder.
“Lo primero que hay que desmontar son algunas tesis de la oposición de que Maduro se prepara para una transición por una eventual renuncia. Hay que profundizar esto un poco más hacia lo interno del Gobierno e interpretarlas a la luz de los intereses de poder de descargar responsabilidades en El Aissami como consecuencia de una prueba para medirlo en su posible candidatura presidencial para 2018”, declaró a La Verdad Nicmer Evans, director de Visión 360 Consultores.
Expuso que en 2016, Aristóbulo Isturiz fue el vicepresidente ante un probable revocatorio. En este período, el cargo es para el exgobernador de Aragua con el fin de lograr que el sucesor del presidente Hugo Chávez llegue a 2019. “Para lograr ese objetivo, Tareck le pidió a Maduro facultades que se traducen en una transferencia de responsabilidades”, acentuó el también militante y fundador de Marea Socialista, un movimiento político que agrupa a los disidentes del oficialismo y en el que se autocalifican como chavista, pero no madurista.
En la Gaceta Oficial 41.083 con fecha 26 de enero de 2017, el presidente Maduro decretó que 15 de sus atribuciones pasarán al Vicepresidente, que lo facultan -entre otras cosas- a efectuar traspasos presupuestarios entre ministerios, rectificar presupuestos ministeriales, prorrogar la supresión o liquidación de entidades estatales, designar viceministros, dictar decretos de expropiación, liquidar entes descentralizados, aprobar puntos de cuenta ministeriales y dictar decretos autorizados previamente por el Jefe de Estado.
Dividir culpas
Evans detalló que otra interpretación de estas nuevas funciones es tratar de desviar la culpa que la gente atribuye al primer mandatario por la crisis económica. “Es decir hay otro culpable (El Aissami)”, pero ¿Acaso esto no daña su imagen como posible candidato presidencial? “Es la cuota de sacrificio que él debe pagar. Es como un tablero de ajedrez. Se mueven las piezas, unas sirven para ser peones y otras reinas”, respondió el politólogo.
Aseveró que como parte de este movimiento de piezas, Diosdado Cabello, diputado de la Asamblea Nacional (AN) y vicepresidente del PSUV, ya no es el segundo en el poder. Según él, el mandatario viene relegando a “los hijos de Chávez” que pueden ser su competencia.
“Le está quitando la herencia a sus hermanos. De allí la conflictividad interna. Todo gira en torno a la posibilidad de ocupar el poder. Otros de los relegados son Adán Chávez, Elías Jaua, Rafael Ramírez, Jorge Arreaza, Jorge Rodríguez, e incluso Cilia Flores”, resaltó, para luego subrayar que a pesar de todas las funciones que ha otorgado el Presidente, no solo al vicepresidente, sino al general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, “quien siguen mandando es Nicolás Maduro”.
Ricardo Sucre, profesor de la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela (UCV), dijo que el exgobernador de Aragua pudiera ser una de “las fichas” para las presidenciales, pero apuntó que esto no significa que Cabello quede a un lado, ya que éste sigue liderando el área política. “Una cosa es la parte del Gobierno y otra la política, además no creo que haya una pelea con Diosdado como dice la oposición”.
Luis Salamanca, analista político, expresó a El Nacional que a El Aissami “se le otorga más poder y autoridad y se abona el terreno para presentarlo como candidato que represente al oficialismo”.
Análisis legal
Juan Berríos, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad del Zulia (LUZ), explicó que no hay irregularidades legales en las nuevas atribuciones del vicepresidente. Destacó que no es la primera vez que el mandatario lo hace. Los abogados constitucionalistas José Vicente Haro y Antonio Canova concuerdan con él alegando que el jefe de Estado puede entregar sus responsabilidades a quien le sigue en el gabinete.