Jorge Rojas buscaba a su exmujer para asesinarla. En la pelea intervino Rubén Darío Mejías, le disparó en el cuello y esperó a que se muriera para huir. La familia denunció que el homicida los acosaba desde hace un año. Rusmaira Mejías lo abandonó porque la golpeaba. Quería quitarle a sus dos hijos
Jorge Andrés Rojas irrumpió violentamente en la casa de los Mejías, sacó un arma, caminó hasta el patio y le disparó en el cuello a su exsuegro, Rubén Darío Mejías González (58). El homicida no se movió, contempló a su víctima hasta que exhaló su último aliento. Antes de huir, amenazó con una granada a su exmujer, Rusmaira Mejías; y a su exsuegra, Omayra González.
La familia, entre ellos los dos hijos del asesino, vieron alejarse al atacante con el explosivo en la mano. En la calle, Rojas apuntó a un vecino, lo obligó a montarlo en su carro y le exigió se lo llevara del barrio Sur América del municipio San Francisco, recordó una sobrina de la víctima.
Eran las 4.30 de la tarde. Los Mejías buscaron ayuda, llevaron al herido a una clínica, pero ya no respiraba. Esperaron a los funcionarios de la Policía científica y les detallaron que la rencilla con Rojas empezó hace un año cuando su esposa decidió abandonarlo y se quedó con sus hijos.
Ensañamiento
Los testigos recordaron que Mejías solo defendió a su familia. "Llegó y le dijo a mi tío: 'Vengo a matar a tu hija y a tu esposa para que sepan qué es el sufrimiento'".
Rubén Darío tomó riesgo y le respondió: "Si vais a matar a alguien, mátame a mí". Sus parientes presumen que creyó que no le dispararía. Sus hijos, de dos y tres años, estaban ahí, jugaban con unos primitos.
La familia quiso socorrerlo. Rojas disparó al aire para alejarla. Como los gritos de las mujeres lo aturdían sacó la granada y las amenazó.
Miedo
Desde el asesinato, Rusmaira Mejías y su madre han recibido una docena de amenazas telefónicas. El mensaje: "Ya maté a tu papá. Ahora voy por tu madre y por ti. Serás la última que mate de esa familia".
Ayer, a las 10.45 de la mañana, repicó el teléfono. Apenas escucharon la voz de la ama de casa, le dijeron: "No iré con un revólver sino con una granada. La lanzaré dentro de la casa y acabaré con todos". La familia tiembla al recordar esa sentencia. La Policía no les garantizó protección. Lo calificaron como un problema doméstico.
Amor de cuidado
Rusmaira Mejías conoció a Jorge Andrés Rojas en el centro de Maracaibo. Ella trabajaba como cajera en un puesto de comida rápida y él vendía condimentos. En la convivencia se tornó "violento, obsesivo y psicópata", explicó una pariente de las víctimas. Luego de separase hace un año empezó a acosarla. Quería obligarla a entregarle a sus dos hijos.
"Este llegó a ir borracho hasta la guardería de los niños. Quería obligar a la maestra a entregárselos".
Mejías nunca lo denunció y ahora a su familia la amenazan.