No es una sequía cualquiera

Desde octubre de 2013 a marzo de 2014, continuando 2015, la ausencia de lluvias ha originado sequías de tipo moderado, severo y extremo

La sequía prolongada, cruel y despiadada, cubriendo de indiferencia a la naturaleza, tiñendo de opacidad la vida feliz y encantada de siembras,  árboles, flores, lagos y manantiales, lleva tres años afectando el vulnerable clima con su despótica actuación, haciendo estragos a su vez en la economía de los venezolanos, quienes diariamente ante la escasez de agua potable, enfrentan el aumento de más de 400 por ciento en los precios de los tanques para almacenar el vital líquido en las viviendas y el elevado valor de un cisterna que cuesta entre mil 200 y 8 mil bolívares. Este es el séptimo período más seco del país durante  los últimos 60 años, después de los vividos en 1958-1959, 2009-2010, 1963-1964, 1972-1973 y 1997-1998. 

Desde octubre de 2013 a marzo de 2014, continuando 2015, la ausencia de lluvias ha originado sequías de tipo moderado, severo y extremo, incluso aún en los períodos lluviosos de abril, mayo y junio, también  se registran déficit de precipitaciones que han afectado la parte alta de  la cuenca del río Caroní, el noroccidente de Falcón, los embalses de Lagartijo en el estado Miranda, Turimiquire en Sucre y la zona noroeste de la cuenca del Lago de Maracaibo.  

La situación es sumamente dramática, venimos con una sequía intensa por tres años con una incidencia en las cuencas que alimentan a los ríos Socuy, Cachirí y Palmar que ha ocasionado la disminución en los niveles desde 2013. El embalse “Manuelote” que debería tener 49,9 metros sobre el nivel del mar, apenas posee 37,5, algo similar a lo que ocurre con Tulé que en vez de tener 33,4 MSNM solo  alcanza 27,39 mililitros, mientras que el embalse de la zona, llamado Tres Ríos  no aporta 180 MSNM, sino 145, 75, perjudicando los municipios Maracaibo, San Francisco, Jesús Enrique Lossada, Mara, Insular Almirante Padilla y Miranda. 

Los embalses no han experimentado una recuperación óptima que los normalice, llegando a agudizarse en 2015 cuando la incidencia de las lluvias fueron ajenas a esta cuencas y aunque sí llovió no fue suficiente para satisfacer la demanda de los embalses. Al Zulia le queda poca agua, solo quedan 125 días de suministro, por lo cual Hidrolago impone el restringido esquema de 36 horas de agua por 144 sin el servicio, a fin de garantizar que el agua perdure hasta la temporada de precipitaciones. No es una sequía cualquiera.

 

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