Vamos
Dentro de la revisión que hemos venido haciendo de los errores e incorrecciones que se cometen en el uso de los pronombres personales y variantes pronominales conviene que nos refiramos a uno, muy común, y que toca con la forma del verbo. Se trata de la adición de una -s espuria al final de las flexiones verbales de la segunda persona singular del pretérito de indicativo de todos los verbos que hace el mal hablante, las personas poco cuidadosas en la expresión oral. Así oímos: Tú entrastes primero que yo, Tú recogistes los papeles, Tú repetistes la tarea, en lugar de las formas propias entraste, recogiste, repetiste. Este descuido imperdonable se agudiza más cuando el hablante, en este mismo tiempo verbal. hace metátesis, es decir, elisión de una -s- interna que, indebidamente, aparece al final: ¿Llamates a tu mamá?, Cogites por el camino equivocado, Leítes mal el aviso, en lugar de las formas verbales propias llamaste, cogiste y leíste, Debe tenerse presente que existe una norma lineal, inequívoca: La segunda persona singular del pretérito del modo indicativo de todos los verbos de nuestro idioma (el español tiene más de 10 mil verbos) terminan en la sílaba -te, nunca en -tes.
Para terminar, vamos a referirnos en este campo a una curiosidad fonética de nuestra lengua que, seguramente, comenzó siendo un descuido afirmado con el tiempo y el cual ahora es norma que debe tener presente el hablante y el redactor, con más razón. La primera persona plural de todos los tiempos de todos los modos de la conjugación española termina en la sílaba -mos. Esta -s final se mantiene al unirse la flexión verbal con otras variantes pronominales, lo mismo en forma proclítica que enclítica: Le oigamos, oigámosle; Te cantaríamos, cantariámoste; y también con la variante nos proclítica: Nos oigamos, nos cantaríamos; pero la s se silencia si la variante nos es enclítica. Así decimos, correctamente: Oigámonos en la grabación, Dijo que viajáramonos en nuestros propios vehículos, Inscribámonos también en esa materia.
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Es corriente en nuestro medio oír la palabra interín: En el interín sucedió tal cosa. No es así. La pronunciación correcta es ínterin, es una voz esdrújula. Proviene del latín interim y significa ‘tiempo que dura el desempeño interino de un cargo´’. Como adverbio equivale ‘a entre tanto’. También se sustantiva y, en esta función, se puede decir En el, en este, en aquel ínterin, sucedió tal cosa.