Los hablantes no conocedores, no avisados, suelen equivocarse en el uso de parónimos. Se llaman parónimos (del griego parónimos, ‘vocablo parecido a otro’) a cada uno de dos o más términos que tienen entre sí relación o semejanza, por su etimología o solamente por su forma o sonido
Continuamos revisando las incorrecciones más frecuentes en el habla popular venezolana y zuliana:
– En el teatro había una dama vistiendo traje azul. Dama es un sustantivo, el vocablo o sintagma que lo modifique debe, por fuerza, ser un adjetivo o una frase adjetival, no un gerundio, no un sintagma adverbial. En este ejemplo se ve claramente que el gerundio usurpa la lógica función que corresponde a un complemento nominal calificativo especificativo. He aquí otra norma sólida, fundamental, de nuestra sintaxis española, aunque contradiga una forma expresiva tan frecuente en el francés: El adverbio no debe tener función adjetival. El mensaje que quiere transmitir el ejemplo que estamos comentando, se corrige en el castellano sencillo y correcto, diciendo: En el teatro había una dama vestida de azul, vestida con un traje azul, que vestía un traje azul.
Pero admitámoslo, este es uno de los errores más frecuentes de nuestro español hablado y escrito: Se perdió una cartera conteniendo, Enviaremos una carta recomendándolo, Redactaron un documento protestando, La carta aclarando, Las leyes prohibiendo; y estas perlas se cuelan en el texto didáctico Gramática de la Lengua Castellana de Manuel de Montoliu: Los papelitos conteniendo los sustantivos se meterán dentro de un cajón”, “Constrúyanse oraciones conteniendo los tiempos presente, pretérito y futuro”, “Un grupo de palabras expresando un pensamiento compoleto, se llama oración.”
– Hubo varios heridos en el tren descarriado. Son muchos y frecuentes los errores paronímicos. En efecto, los hablantes no conocedores, no avisados, suelen equivocarse en el uso de parónimos. Se llaman parónimos (del griego parónimos, ‘vocablo parecido a otro’) a cada uno de dos o más términos que tienen entre sí relación o semejanza, por su etimología o solamente por su forma o sonido. Los trenes no se descarrían, se descarrilan (de des- y carril). Descarrilarse es salirse un tren o vehículo del carril por el que circula. Quienes de descarrían (de des- y carro) son las personas, las que se apartan del buen camino, de lo que se considera justo, correcto o decente. Se descarrila un tren y se descarría un hijo. En este triste momento que está viviendo el país, hay mucha gente descarriada, especialmente en los estratos juveniles.