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La iniciativa dirigida a los inmigrantes, la primera que se ponen en marcha en EEUU para acceder a visado H-B1, se ha bautizado IN2NYC. El plazo para entregar las solicitudes comienza en abril. En un principio se va a limitar a 80 emprendedores extranjeros que buscan crear empresas en Nueva York y se espera que contribuya a generar 700 empleos locales que apoyen la economía de la ciudad.
María Torres-Springer, responsable de la agencia al frente del desarrollo económico de Nueva York, explica que no se trata de legislar en materia de inmigración. Lo que hace es utilizar una puerta trasera para evitar los límites que se aplican a la concesión del visado H-B1 para trabajadores especializados. La diversidad económica, señala, es uno de los activos que hace fuerte la ciudad.
El derrumbe de Lehman Brothers, comenta Torres-Springer, puso en evidencia la enorme dependencia que tenía la economía de la ciudad de los rascacielos en el sector financiero y el inmobiliario. Ahora aspira a competir con Silicon Valley como el mayor centro de innovación de Estados Unidos. “La tecnología desempeña un papel cada vez mayor en el desarrollo de nuestro barrios”, señala.
“Pero para resolver la ecuación”, dice, “hay que dotarse de talento”. “Llevamos ya demasiado tiempo viendo como los graduados hacen las maletas tras completar los estudios porque no consiguen los permisos necesarios para quedarse y crear sus empresas”, lamenta la responsable de la agencia municipal, “debemos retener ese talento para poder competir en la economía global”.
Acceso limitado
El visado H-B1 es el que tradicionalmente usan los emprendedores extranjeros que aspiran a trabajar legalmente en el país. Pero su concesión es aleatoria y está limitada a 65 mil permisos al año. En la práctica, solo uno de cada cuatro solicitantes los obtiene. A estos se le suman los 20 mil permisos temporales reservados a los estudiantes extranjeros. El acceso, por tanto, es muy limitado.
La única manera de evitar el cupo es trabajando para una entidad sin ánimo de lucro o en el ámbito de la educación superior. El programa IN2NYC explota esa vía estableciendo una relación de colaboración de las empresas con los incubadores de la universidad pública de la ciudad de Nueva York (Cuny). La idea es que se vayan sumando más universidades, para que el programa pueda ganar escala.
“Es algo que se puede replicar también en otros lugares de Estados Unidos porque la legislación lo permite”, explica Torres-Springer. El otro requisito es que estas empresas creen consejos de administración en los que haya ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes. Así, explican los técnicos, se podrá demostrar que existe el vínculo de trabajo que requiere el visado H-B1 a los solicitantes.
El año pasado se presentaron 230 mil personas a la lotería. Nueva York tiene en marcha en paralelo una serie de iniciativas para crear más trabajos en el ámbito de la ingeniería, buscando que el próximo Google, WhatsApp o Tesla se cree en alguno de los cinco barrios de la ciudad. Todas estas empresas, señala la funcionaria, fueron fundadas por inmigrantes “que llegando a la ciudad con una idea innovadora”.