Lo que Venezuela necesita es desprenderse de ese deseo de permanecer en el poder que tienen ustedes los del PSUV a costa del terror
El sector gubernamental, representado por sus acólitos, ministros y funcionarios de altas jerarquías se han dado a la tarea de difundir un discurso donde se denuncia un supuesto odio a Venezuela.
¿Qué es odio? Del latín odium, sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia una cosa, algo o alguien que provoca el deseo de producirle un daño o de que le ocurra alguna desgracia. Así como el deseo de evitar, limitar o destruir a un objetivo.
La canciller Delcy Rodríguez habló en contra del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, y lo señaló de estar sumado a un “afán intervencionista de la derecha venezolana” contra el país.
“Reitera su odio contra Venezuela y violenta todas las normas de funcionamiento de la Secretaría General de la OEA”.
Odio es no querer parar y apoyar este modelo miserable de coerción mediante la angustia del enfermo, de las madres buscando sustento para sus hijos, del trabajador que todas las mañanas o de regreso de su trabajo por tener que pasar por sitios donde la delincuencia está desatada, la angustia del conductor de taxi derivada de la paranoia que le produce pensar que próximo cliente puede ser un gancho para ser atracado.
Ese chauvinismo subversivo derivado del adoctrinamiento castrista tiene una tradición sofista para toda interpelación en busca de una respuesta lógica y una solución a los problemas que su proceso perverso ha desarrollado en nuestro noble pero ignorante e ingenuo país popular; lo que Venezuela necesita es desprenderse de ese deseo de permanecer en el poder que tienen ustedes los del PSUV a costa del terror y la dependencia de un centralismo gubernamental, totalitario, complementado con un nepotismo y satrapía acólita. Sin embargo la causa no sería el ser del partido en sí, sino por la cantidad de infelicidad que han ocasionado a nuestra nación.
En todo caso el único odio que le han tenido a Venezuela políticamente, ha sido proveniente de aquellos que un día lucharon por la amnistía en favor de la persona que trajo la peor desgracia que jamás haya existido en Venezuela y que tiene nombre y apellido: Hugo Chávez.