La gente esperanzada en el cambio, no tuvo temor en salir a votar y proporcionó la más estruendosa derrota electoral al Gobierno nacional y su partido
¡Libertad! ¡Libertad! Ese grito vibrante de millones de venezolanos que no dudó en salir a la calle a cumplir con su responsabilidad electoral, no pudo ser contenido por las maniobras vergonzosas del oficialismo que no vaciló en acatar el mandato del Presidente de la República que ordenó ganar “como sea” las elecciones parlamentarias del 6-D. En esa componenda se involucraron todas las fichas del PSUV sin importarles el delito electoral cometido e involucró desde el alto Gobierno hasta la rectora Oblitas del CNE, pasando por la miopía de la presidente del CNE.
No obstante, la gente esperanzada en el cambio, no tuvo temor en salir a votar y proporcionó la más estruendosa derrota electoral al Gobierno nacional y su partido, no tanto por la cantidad de votos de diferencia sino porque pese a hacer la “más sucia” campaña electoral, los millones de bolívares utilizados para comprar la conciencia de esos pobres que dice defender, no pudieron con los valores democráticos esgrimidos por la gente humilde que no se vendió al mejor postor. El robusto 74, 25 % de participación electoral y el magro resultado obtenido por el oficialismo, así lo muestra.
Los 99 diputados obtenidos por la MUD, de acuerdo con el primer boletín oficial, con una proyección de 113, lo que sería mayoría calificada, confirmó los más oscuros temores de los rojo-rojitos y expresa la necesidad de que el Gobierno nacional cambie sus conductas retorcidas y empiece a gobernar para ese pueblo sufrido que dio su NO rotundo a unas políticas hambreadoras que llevan el país al abismo. El estado Zulia contribuyó con 14 diputados electos al total de la MUD, ganando en 11 circuitos electorales; mientras que el PSUV tan solo alcanzó 2 diputados. Una derrota aplastante al centralismo y a las prácticas abusivas de menosprecio a la gente humilde.
La nueva AN tiene que rendir honor a ese pueblo que le votó masivamente, buscando vías de entendimiento con el Ejecutivo nacional para que fluya el libre juego de la política, a fin de abordar los problemas más sentidos de la gente cansada de esperar por respuestas que den solución efectiva a sus necesidades y no ayudas remediales que “corren la arruga”, lo que ha venido sucediendo desde hace 17 años. En este sentido, doy mi más efusivo saludo a ese bravo pueblo que no se arredró ante la adversidad y luchó con su voto por una Venezuela libre y democrática.