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Las políticas represivas impulsadas por el gobierno de Chávez y Maduro contra el empresariado democrático causaron el cierre de miles de empresas, de la reducción drástica de la producción de alimentos y bienes como consecuencia de la inseguridad jurídica y la negativa en el otorgamiento de dólares para importaciones, las trabas impuestas para restringir a la actividad empresarial con la implantación punitiva de un control de cambio que originó y estimuló la mayor corrupción jamás conocido por los venezolanos, creadora de grandes fortunas, del lavado de dinero, del robo descarado ante la cara del mundo de miles de millones de dólares que se llevaron y depositaron en los paraísos fiscales que han servido para promover empresas dedicadas a la realización de toda clase de negocios dentro del país, acabando con la producción nacional, llevándola a un estado de postración, para luego acusar a los empresarios de oligarcas, enemigos y conspiradores contra la revolución, denominación esta que por cierto, ha caído en desuso como consecuencia del desastre que ha significado para la vida del país y que ante esa innegable realidad propiciaron con fines de repartir culpas y satanizar a empresarios lo que dieron en llamar guerra económica que ha resultado ser la única y auténtica guerra que solo el gobierno implantó para llevar al pueblo a la pobreza por la que hoy atraviesa.
Los venezolanos vivimos angustiados al no saber hasta dónde llegaremos, pero como el cinismo oficial es inocultable, de nuevo Maduro con su cara muy lavada, llama a los empresarios a uno más de los tantos diálogos con fines del supuesto impulso para el crecimiento económico y descaradamente ignora que la crisis que vivimos es de su autoría, seguramente creyendo que los volverá a engañar con sus ofertas montadas en el aire y en la nada, cuya vigencia solo será hasta que las encuestas y las quejas del pueblo lo lleven a la inmodificable verdad, de que todo lo tiene perdido y como en economía no se dan milagros de un día para otro, entonces los empresarios seguirán siendo considerados como lo que siempre han sido para su gobierno, enemigos y conspiradores y todo quedará en la intención de un discurso contentivo de una propuesta engañosa y sin viabilidad.