Todo
Jamás en la vida republicana ha existido un gobierno tan nefasto como este, causante de la ruina y corrupción de un país otrora próspero y sano, con la intención de convertirlo en otra miserable Cuba.
Todo comenzó con la ordinariez de Chávez, su chabacanería y antología del mal gusto, siempre traspasando el punto que separa lo sublime de lo ridículo, merecedor de aquel ¿por qué no te callas? Luego vinieron los desplantes, señalamientos y ridiculizaciones, vomitadas con alevosía, sarcasmo, sadismo y ensañamiento. Con pito de árbitro en boca, botó a los petroleros al tiempo que les gritaba burlonamente “fuera”. De seguida los “exprópiese” de miles de empresas, “pongan a esa jueza presa”, “te voy a mandar preso desgraciado” y cientos de tropelías más preñadas de resentimiento social.
Cómo olvidar la vulgaridad de La Hojilla, manantial cotidiano de odio, aquel “¡Uh, ah, Chávez no se va!” de los jueces del TSJ, las interminables cadenas y programas de TV y radio, chatarra intelectual donde impera la soberbia del ignorante. Después vendría su sucesor, quien habla con pajaritos y junto a sus cancilleres nos ha convertido en el hazmerreír del mundo.
Cómo olvidar el control de precios y el de cambio que se supone provisional pero que ya lleva 13 largos años, la ley contra despidos injustificados que fomenta la vagancia, los cortes de electricidad programados, la quema de artefactos eléctricos, el suministro de agua cada 10 días que nos ha vuelto mugrientos y ha acabado con el escaso ornato de las ciudades.
Qué decir sobre las muertes por falta de medicinas e insumos médicos, el colapso del sistema de salud, la falla de Internet, la inseguridad, la inflación galopante, el desabastecimiento total, la falta de gasolina, la siembra del odio; la confrontación entre hermanos, la polarización de la sociedad, la censura, la compra de medios para tergiversar la verdad, el secuestro de los poderes públicos, la destrucción de la institucionalidad, la extorsión para obtener votos, la manipulación mediática.
Y como regalo decembrino, Maduro dejó a los venezolanos sin puntos de venta y sin efectivo, a nueve días de Navidad. Luego la rectificación. Ensayo y error. Así marcha Venezuela. Que oiga quien tiene oídos…