El sacerdote administraba uno de los sacramentos a cuatro feligreses cuando tres hombres y una mujer, todos jóvenes, los abordaron dentro del Convento, en la Plaza Baralt
La casa de Dios no se escapa del hampa marabina. El padre Silverio Osorio, encargado de la Catedral, fue sometido por cuatro antisociales que pidieron los objetos de oro y el dinero del recinto.
El sacerdote administraba uno de los sacramentos a cuatro feligreses cuando tres hombres y una mujer, todos jóvenes, los abordaron dentro del Convento, en la Plaza Baralt. Los asaltantes mostraron sus armas y los llevaron a la parte trasera de la iglesia. Para evitar los gritos de las víctimas les metieron trapos en la boca.
Al padre lo colocaron de rodillas y le pidieron que no lo miraran mientras escudriñaban la zona para encontrar objetos de valor. Amenazaron con matarlo si no les entregaba de inmediato los objetos de valor que sostiene al Santísimo, pero les aseguró que no tenían reliquias de oro ni caja chica.
El clérigo les dijo con precaución que tenía misa a las 5.30 de la tarde en la Catedral. Por lo que si no los dejaban ir, el personal de la iglesia lo buscaría. El atraco ocurrió el pasado miércoles en la tarde y duró entre 15 y 20 minutos.
Los asaltantes estaban bien vestidos, pero por el temor del momento el padre no pudo identificarlos. Los asaltantes huyeron del lugar y poco tiempo después llegaron funcionarios de la Policía regional tras ser notificados de la novedad por los propietarios de los negocios vecinos del templo.
El sacerdote aseguró que es la primera vez que sufre un ataque de este tipo y lamentó que fuera dentro del recinto santo.
“Fue un atraco rápido, pero muy traumático. Pensé que me iba a morir. Tenían armas y en la zona donde nos tenían arrodillados habían ladrillos y pensé que me iban a aplastar en la cabeza en cualquier momento”.
Silverio Osorio
Sacerdote católico
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