Las recientes declaraciones de Bernal son el mejor ejemplo, la mejor prueba: cómo tras 19 años de chavismo en el poder la culpa de esta Venezuela desdibujada, indigna, va a ser culpa de gobiernos anteriores, tampoco pueden ser culpa de las sanciones internacionales
Muchos aún tienen la ingenuidad o simple curiosidad de preguntarse, ¿cómo estaría Venezuela si Chávez estuviera vivo?, nos atrevemos a responder una pregunta extremadamente fácil de contestar, pues no olvidemos que al morir dejó su legado intacto en lo que denominó El Plan de la Patria, manual que Nicolás Maduro, como él mismo afirma, ha venido aplicando de manera magistral.
Si Chávez estuviera vivo, el chavismo como montonera que es, desprovisto de ideología, sí de ocurrencias caudillistas, tuviese un desgaste imponderable, no tuviera ni un décimo del arrastre que tenía al momento de morir el “Comandante”, dicho sea de paso, arrastre que en ese momento ya era muy disminuido, así lo dejó entrever Jorge Giordani en su epístola, donde confesó el uso y abuso de los recursos del Estado para que ganara en 2012.
Internacionalmente lo propio, el proyecto de Chávez dependía de la renta petrolera como ninguno de sus antecesores, al estancarse los precios del barril, luego al caer y, finalmente, destruida PDVSA por su mano derecha y hombre de confianza Rafael Ramírez (y compañía), la hecatombe económica hubiese sido la misma, estuviese (como hoy está Maduro) asfixiado de deudas y compromisos que los venezolanos de a pie no vimos y terminaron, seguramente, en las cuentas bancarias de los rojos rojitos en el poder; no olvidemos que el chavismo está catalogado como la peor corrupción que ha visto el planeta luego de la Segunda Guerra Mundial. La comunidad internacional hoy tampoco le tuviera paciencia.
Sin embargo, en el plano económico interno estuviéramos aún peor, él era el único capaz de instalar el cavernario “Estado comunal”, pues con él los gobernadores y alcaldes si se hubiesen inmolado cediendo sus espacios de poder, por Maduro ni pensarlo. Es decir, el comunismo-castrista en Venezuela, estaría plenamente instalado, lo que avizoraría una escasez, inflación y demás penurias mucho peores a las que estamos padeciendo con “su hijo” Maduro. Los escenarios de protestas como 2014 y 2017 probablemente hubiesen existido, siendo neutralizadas de igual manera, no olvidemos cómo Chávez combatió su derrocamiento en 2002, es el mismo patrón.
Las recientes declaraciones de Bernal son el mejor ejemplo, la mejor prueba: cómo tras 19 años de chavismo en el poder, la culpa de esta Venezuela desdibujada, indigna, va a ser culpa de gobiernos anteriores, tampoco pueden ser culpa de las sanciones internacionales, pues la escasez ya tenía tres años antes de estas, además, las sanciones son producto de las violaciones a la Constitución, a la democracia, a tratados internacionales suscritos por la república justamente en defensa de nuestro sistema democrático.
Lo que ocurre hoy es consecuencia del proyecto de Chávez, un proyecto con concepción patrimonial del poder comunistoide, fracasado decenas de veces a lo largo de la historia de la humanidad, donde Venezuela es manejada como una finca al mejor estilo del dictador Juan Vicente Gómez. Es un proyecto centralista, petróleo-dependiente, castrador de libertades, de derechos, racionador, controlador, excluyente, impositivo, populista in extremis, que depende de las necesidades que el mismo genera para manipular al pueblo, primeramente, con fines electorales, ya cuando el descontento o rechazo se elevó a niveles inmanejables, lo electoral desapareció.
Cuando le asalte la curiosidad y se pregunte de nuevo ¿qué pasaría si Chávez estuviera vivo?, salga a la calle, allí está su respuesta… Venezuela estaría igual o peor que hoy, porque este es