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La tristeza y el dolor transfiguraban el rostro de Deisi Leonor Montiel a medida que recordaba el asesinato del menor de sus ocho hijos. A Ángel Eduardo Urdaneta Montiel (12) lo mató un niño, de 11 años, de un tiro de escopeta en la cabeza cuando jugaba en una pequeña granja del parcelamiento Manantial del Cují, parroquia Francisco Eugenio Bustamente de Maracaibo.
Ángel Eduardo llegó, el pasado sábado, al predio en compañía de su hermano mayor, Lorenzo Urdaneta Montiel, quien trabajaba en el lugar desde hace cuatro meses. El patrón le pidió que lo acompañara a arreglar la bomba de agua y tuvo que dejar solo al niño. Este se encontró con el otro pequeño y mientras jugaban hallaron la escopeta recortada, calibre 12 milímetros, en la enramada, detallaron los familiares, en la morgue forense.
de la víctima comentaron que el hermano mayor de Ángel Eduardo, Lorenzo Urdaneta Montiel, trabajaba en esa granja desde hace cuatro meses; el pasado sábado llevó al niño pero tuvo que dejarlo solo porque su patrón, Albeny Paz, le pidió que lo acompañara a arreglar la bomba de agua. Solo bastaron unos minutos para que ambos niños
El niño apuntó Ángel Eduardo, accionó el arma cuando éste se encontraba de espalda, el disparo le entró por la cabeza y le salió por la boca. Su cuerpo cayó al suelo cubierto de sangre, murió en el sitio. Los vecinos de la zona al escuchar las detonaciones corrieron a buscar a su madre. Al llegar, Deisi, no podía creer lo que veía, su hijo estaba en posición fetal, con las manos junto al rostro como rezando.
“Mi hijo era un niño tranquilo y muy obediente. No salía a la calle, era un buen estudiante“, recordó la madre de la víctima mientras lloraba desconsoladamente.
La familia de Ángel Eduardo reconoce que todo se trata de un incidente, no creen que un niño de 11 años, pueda ser capaz de planear un crimen tan fríamente “Ellos no se conocían, era la primera vez que Ángel visitaba esa granja. Son niños, estaban jugando”, dijo Eduvilia Montiel, una de las hermanas de la víctima en la puerta de la morgue.
La madre del niño que disparó, se dirigió hasta la sede de la Policía científica para rendir declaraciones, pero hasta el momento todo a quedado como una averiguación muerte. Una vez que los Montiel reciban el cuerpo de Ángel Eduardo, piensan hacer el velatorio en el parcelamiento donde murió.