Tenemos
La reunión exploratoria entre el Gobierno nacional y la MUD para buscarle una salida negociada a la crisis de gobernabilidad que vive el país, dio inicio en Santo Domingo. Una delegación de la oposición fue al encuentro con un doloroso pasado, otra vez con la esperanza cifrada en poder hacer entrar en razones a un fortalecido Gobierno a lo interno, pero “con el sol a la espalda” en el plano internacional. Es quizá este factor el que ha hecho que el régimen vuelva a mencionar la palabra “diálogo” que a menudo utiliza como moneda de cambio cada vez que se siente presionado.
El encuentro Gobierno-oposición ansiado por unos, negados por otros y mirado con indiferencia por la mayoría, es la salida democrática que tenemos para dejar atrás esta tragedia que ha dejado dolor, sangre, odio y venganza y una justicia elusiva que repare la violación de los derechos humanos que centró la atención de la ONU y la OEA, y ha sido el disparador para que el Gobierno lo asuma, dadas las amenazas de sanciones por países europeos.
Más allá de cualquier consideración y hay razones valederas para negar cualquier participación en este tipo de evento, tenemos que entender que es prioritario atender la convocatoria al diálogo realizado por el presidente de la República. Es natural que haya reticencia e incluso discursos difíciles de digerir por su contenido, pero tenemos que intentar llegar a un acuerdo político, y al respecto la MUD ha dejado claro cuáles son sus expectativas. Suponer que todas serán aceptadas no tiene asidero, pues en este tipo de situaciones ambos actores tienen que ceder en algo.
En tal sentido, para que haya viento favorable a nuestras demandas es imprescindible que prive la unidad entre todos los actores que hacen vida en la MUD y los que se definen como opositores y no están integrados a la plataforma unitaria. Esta unidad nos fortalecerá ante un oponente agigantado por copar casi todos los espacios institucionales, pero severamente empequeñecido en el concierto internacional de naciones.
Hay disidencias contra el encuentro y las posibles negociaciones con el argumento de que no está representado todo el espectro social en la comisión. Habría que esperar se defina el mecanismo a emplear para integrar la comisión negociadora y otros aspectos inherentes, pues recordemos que la actual es exploradora. En todo caso lo fundamental y pertinente es confiar en que veremos luz al final del túnel.