La
El expresidente de los Estados Unidos, George W Bush, anunció en septiembre del año 2002, la doctrina de Seguridad Nacional. La intención de la puesta en práctica de la misma, no era otra que, dominar el universo; para lo cual, recurriría al método que fuese necesario, con tal de garantizar su hegemonía y eliminar cualquier obstáculo que pusiera en riesgo dicho objetivo. Se pretendía convertir a la nación del Tío Sam, en una potencia indiscutida. Por lo que, su supremacía militar y económica no podía ser interferida por ningún otro país. La soberbia y la megalomanía con que fue anunciada dicha doctrina, nos dice que, Estados Unidos no estaría dispuesto a respetar los principios de Soberanía Nacional y Libre Determinación de las naciones, muy por el contrario, más que un alerta, era un mandato a tener cuidado, a no salirse de los límites establecidos por el Departamento de Estado y de Defensa.
La invasión a Irak en marzo del año 2003, debe ser colocada como una “acción ejemplar”, con la cual le dijo al mundo que la “Seguridad Nacional”, no era una política más, sino que, era la nueva política, la nueva doctrina, que guiaría la implementación de sus relaciones internacionales; para ello, si era necesario, desconocería las decisiones de los organismos internacionales, como fue, en el caso de Irak, la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, oponiéndose a dicha invasión. Como se recordará, Collin Powel, como jefe del Departamento de Estado, teniendo como escenario el Foro Económico Mundial de Davos, de 2003, afirmó que: “Estados Unidos tiene el derecho soberano de usar la fuerza militar. Y, cuando estemos convencidos acerca de algo procederemos en consecuencia, aun cuando nadie nos apoye, como en este caso”. No hay lugar a duda, el Secretario de Defensa norteamericano derogaba el derecho internacional, los organismos multilaterales, los acuerdos internacionales, por tanto, las naciones tenían que dejar de lado sus intereses y alinearse a los del gigante del norte.
Pero, con lo que no contaban Bush y su sucesor Barack Obama, era que, en su antiguo patio trasero, Latinoamérica, comenzaba a surgir nuevos movimientos sociales que inspiraban el nacimiento de liderazgos emergentes, que nada tuvieron que ver con la conducción de esas naciones, en los años 80 y 90 de la centuria pasada. Los diseñadores de la política internacional de Estados Unidos, no han logrado entender que América Latina no es ni Europa ni el Medio Oriente: A Europa, le ha resultado fácil domesticarla; al Medio Oriente, lo ha sumido en guerras de exterminio interminables; pero a nosotros, a los pueblos de Latinoamérica no nos dominará. N
osotros, tenemos una historia de la cual nos enorgullecemos, somos pueblos que siempre hemos luchado por la libertad, nuestro mestizaje nos legó un instinto guerrero, batallador, que nos impide arrodillarnos ante cualquiera; hemos enfrentado al neoliberalismo y al neo-imperialismo, como parte de un mismo proceso, porque los hechos económicos, sociales, culturales y políticos los valoramos de manera integral; hemos diseñado nuevas formas de integración regional, basadas en la cooperación y la complementariedad; somos la única región del mundo que está elaborando su propia teoría para enfrentar los retos que nos depara el siglo XXI; somos, en definitiva, por nuestros ancestros culturales, por nuestras raíces antropológicas, un pueblo abierto al diálogo, a la confrontación de ideas y pareceres con la mayor sindéresis; porque, a pesar de las cualidades señaladas, no nos creemos poseedores de la verdad, no nos creemos superiores a ningún otro pueblo. Por ello, a lo largo de estas casi dos décadas del siglo XXI, le hemos dicho a los presidentes Bush y Obama, que podemos convivir siempre que nos respeten, que no son superiores a nosotros.
Pero, como en todo, siempre hay excepciones. La dirigencia del oposicionismo venezolano ante las amenazas intervencionistas del gobierno de los Estados Unidos, se ha arrodillado. Sin la menor vergüenza, piden a gritos que vengan con sus bombarderos; que sus marines, al igual que lo hicieron en Santo Domingo, Panamá, Granada y Cuba, descarguen todo su potencial bélico contra nuestro pueblo; creen que las bombas de napalm, solo matarán chavistas. ¿Será por eso que están mandando sus hijos al exterior ?