
El
Las colas salían de los bancos. Los clientes acudieron desde tempranas horas de la mañana bajo la promesa del presidente Nicolás Maduro, que aseguraba que sus billetes de 100 bolívares podían ser canjeados en las oficinas de la banca pública y privada a partir del martes. Pero, se encontraron con otro escenario, pues las entidades financieras no cuentan con suficientes piezas de menor denominación para reemplazarlos.
La banca pública es la más afectada. Mientras en el Banco de Venezuela se optó por dispensar billetes de Bs. 100 por cajeros y taquillas, en los Banco Bicentenario no, y sus clientes solo tenían la posibilidad de depositar. “No tenemos efectivo para pagar”, aseguró una cajera. La situación en esa entidad financiera ocurre desde la semana pasada. Nancy Hernández, pensionada, lo padece. Ayer acudió por tercera vez en 10 días para poder cobrar su pensión sin obtener un resultado positivo.
Los usuarios que tomaron la previsión de sacar efectivo en medio de una escasez del papel moneda, de un día para otro se vieron obligados a hacer otra cola; la del depósito, la única alternativa que ofrecen los bancos para quienes posean piezas de Bs. 100. “Pienso en todo el tiempo que perdí buscando el efectivo y ahora lo tengo que depositar”, comenta Jonathan Cervantes, comerciante.
El vendedor de fuentes y materos utilizaba el papel solo para pagarles a sus cinco empleados y ahora tiene que buscar otra forma para cumplir su compromiso. “Me parece que esto se pudiera haber hecho de otro modo, para que no fuera tan difícil”, afirma en la cola de un banco privado.
Solo hay billetes de 100
La mayor denominación del cono monetario venezolano espanta a los clientes, pues en 48 horas dejarán de tener validez por órdenes de Maduro para erradicar el contrabando de billetes que tiene lugar en Colombia. Las quejas invaden las paredes de la banca pública, puesto que los retiros en cajeros automáticos, taquillas y cobro de cheques se hacen en billetes de Bs. 100 en la oficina principal del Banco de Venezuela.
Los clientes se resignan, pues necesitan el efectivo para pagar el transporte público y artículos de primera necesidad. “Si están saliendo de los billetes de Bs. 100, esto es incorregible”, dice Lourdes Pérez, una clienta de 67 años con 100 billetes de la mayor denominación en sus manos. “Los necesito para comprar comida, ahora falta ver si me los quieren aceptar”.
En un banco privado ubicado en 5 de julio solo aceptaban depósitos también y de las ranuras de los cajeros automáticos salía una mezcla de billetes de Bs. 100 y Bs. 50. “Esto es horrible, si no los quieren recibir, es absurdo”, se queja Cira Orfila, obrera. “Nos tienen de aquí para allá, somos sus títeres, están jugando con nosotros”. La señora planea hacer una nueva cola y depositar las unidades de la mayor denominación de nuevo en su cuenta, pues de seis mil bolívares que le permiten extraer, cuatro mil son de Bs.100.
Todas las entidades financieras consultadas por La Verdad se limitaban a aceptar los depósitos. Una privada ubicada en Bella Vista pagaba los 10 mil bolívares permitidos en efectivo por cheques en billetes de cinco, 20 y 50 bolívares. La sede de otra empresa situada en el mismo sector permitía pagos con las piezas de cinco, 20 y 50 bolívares.
El negocio
A raíz de la precipitada salida de circulación del billete que representa el 48 por ciento de la masa monetaria del país, nacen negocios de 72 horas de vida. En comercios de venta de oro del mercado Las Pulgas, compran los billetes de 100 bolívares por Bs. 70, para las personas que no deseen hacer las colas que sobresalen de los bancos.
Los mensajeros también aseguran un ingreso extra por hacer las colas de las instituciones financieras por sus clientes. Pedro Domínguez, motorizado hablaba por teléfono acordando términos con un nuevo cliente. “Cobramos el cinco por ciento para depositar”, afirma. La actividad no se le hace complicada, pues sus recurrentes visitas a los bancos son obligatorias. “Hoy empezamos, trabajo con siete clientes fijos y como cuatro lo han solicitado”.
Denuncian “abuso”
Los clientes de un banco privado ubicado en la avenida 40 del municipio San Francisco se mantuvieron en la fachada de las instalaciones luego de un prematuro cierre a las 2.00 de la tarde. Denuncian que a pesar de su llegada a partir de las 5.00 de la mañana, no lograron ingresar al establecimiento, pues la gerente mantenía preferencia por clientes “amigos” que recién llegaban y “a quienes cobraba una comisión”.
La situación empeoró con la llegada de agentes de la Policía Nacional, que -afirman- portaban morrales con billetes para depositarlos sin hacer cola, una acción que los clientes rechazaron. “Vino un policía y me estrujó para entrar él. Ellos están abusando, sobre todo la gerente, todos nosotros somos testigos”, aseguró Ednalyt Garrido, ama de casa.