Finalizada la Guerra de Independencia, el triunfo no fue del pueblo ni de los mantuanos que la iniciaron en 1810, sino de los caudillos revestidos de condecoraciones
"Haciendo uso de tu libertad puedes decidir entregarte como esclavo al mejor postor o jurar obediencia a cualquier tirano, pero entonces habrás decidido no elegir por ti mismo”. Neuro J. Villalobos R.