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En Venezuela, la sociedad civil compuesta por los ciudadanos, excepto la casta militar y las Iglesias como tales, viene a constituir la más genuina representación del espíritu libertario y democrático que nos legaran los próceres independentistas. La misma como entidad jurídica y social, tiene en estos momentos ante sí, el insoslayable deber, sagrado como ningún otro, de acudir masivamente el 6-D a depositar su voto para el rescate del país, de las libertades individuales y de la propiedad privada, de manos del castrocomunismo, la dictadura de la dupla Maduro-Cabello y de los militares de tendencia marxista que conforman el alto mando.
Nuestros tradicionales defectos, debilidades, errores e indolencia que nos mantienen en lo más profundo del foso del subdesarrollo y de la pésima calidad de vida, muy particularmente, en materia de libertades y de derechos ciudadanos, se deben fundamentalmente, a la serie de traumas, complejos e inmadurez política, de mitos obsoletos acerca de héroes y caudillos del pasado que mentalizamos. De hecho, seguimos viviendo de los recuerdos del glorioso pasado, habiéndonos quedado dormidos sobre los laureles.
El régimen castrochavista-madurista, fiel a la consigna internacional marxista de la izquierda radical de “No volverán”, no piensa entregar el poder bajo ninguna circunstancia. Lo de ellos es mantenerse en el mando, cueste lo que cueste y por encima de toda circunstancia, así tengamos que enfrentarnos los venezolanos a la peor de todas las desgracias, como lo es una guerra civil. Está ya más que claro y esto lo han señalado una inmensa cantidad de analistas políticos nacionales y extranjeros: El régimen madurista que gobierna en Venezuela, no va a salir del poder por vías electorales y democráticas. Lo de ellos es la fuerza y la presión: Los militares institucionalistas y anticomunistas y las presiones económicas internacionales de los Organismos y la Banca mundial tienen mucho que decir. Pero para ello necesitan de un basamento real y objetivo: Que las fuerzas de la sociedad civil, las ONG y los partidos políticos y sus seguidores, acudan masivamente a los centros de votación para depositar por lo menos 10 millones de votos en contra del oficialismo para poder de ese modo rescatar a la AN. Sin miedo y por el rescate de Venezuela y el futuro de nuestros hijos y nietos: ¡Despierta Venezuela!. ¡Llegó tu hora de libertad!