El presente y el futuro lo exigen

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“El ritmo del desarrollo tecnológico conducirá pronto a la sustitución de homo sapiens por seres completamente distintos que no solo posean un físico diferente, sino mundos cognitivos y emocionales muy distintos”. Yuval N. Harari.

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Existen poderosas razones para que el régimen dimita evitando males mayores a un país que se desangra, las mismas que justifican el uso de la fuerza para desalojarlos del poder. Aún con un 20 {f3beff16b28ec7d1db614d51b6015be486b8f3c789661a52758baee22f9f2131} menos de su población en el territorio, las dimensiones económicas a las que se ha reducido en Venezuela su actividad productiva, no es suficiente para el sostenimiento del 80 {f3beff16b28ec7d1db614d51b6015be486b8f3c789661a52758baee22f9f2131} restante, y menos aún, con la rémora de los vividores del régimen cubano succionando todo lo que pueden hasta que cese la usurpación.

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La mediocridad imperante y la ignorancia económica de ambos regímenes, así como la voracidad de la corrupción y las malas juntas con el narcotráfico y el terrorismo internacional, han provocado la degradación de la política, el desbarajuste económico y el quiebre moral de la república lo que hará que el costo en sangre, sudor y lágrimas se alargue. Todo depende del coraje y conciencia con que los venezolanos y los aliados mundiales asumamos nuestra responsabilidad para reconstruir la patria.

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Están en evolución otras razones a nivel de la economía mundial y de la vida de las naciones que nos impulsan a ponerle fin rápidamente a esta tragedia histórica que sufrimos los venezolanos para poder afrontarlas con el conocimiento y la inteligencia que el presente y el futuro demandan, con medidas apropiadas, en todos los órdenes de la vida. Me refiero al desarrollo científico y tecnológico y su impacto sobre el conocimiento y el de este sobre quienes dirigen la economía de los países más atrasados. La otra razón es el fenómeno bautizado como “Cisne Verde”, relacionado con el efecto climático y sus desastrosas consecuencias sobre nuestras economías, dada la interdependencia mundial. El deshielo de los casquetes polares, las inundaciones y la pluviosidad prolongada en algunos casos, las sequías y el riesgo de incendios pavorosos por su magnitud y extensión como el caso reciente de Australia, los terremotos, son fenómenos a tomar en cuenta y tratar de prever su ocurrencia y efectos.

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Todos ellos tienen su influencia nociva sobre todo el proceso económico, desde la producción hasta el consumo de los bienes y ponen en peligro la seguridad alimentaria y la sobrevivencia de los humanos en el planeta, con una población siempre en ascenso. A estos eventos se suman las pandemias periódicas que hacen estragos sobre la salud.

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Igualmente se observa una mayor exigencia a nivel mundial para que las ganancias empresariales no solo beneficien a los accionistas y dueños, sino también a los empleados, proveedores, clientes, comunidades locales y sociedad en general, es decir, que la rentabilidad económica contribuya con la solución de los problemas sociales y ambientales. A ello se suma la exigencia de una mayor atención a la valoración ética de los negocios.

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Estamos frente a un cambio de paradigmas, y cuando esto sucede, todo vuelve a cero. Hay que repensarlo todo y actuar con diligencia. Los facinerosos en el poder no lo van a hacer ni lo pueden hacer, por eso el cambio de rumbo es urgente. El presente y el futuro lo exigen.