El resuello del moribundo

La AN tiene que cumplir el papel de lograr a través de la ley de Amnistía la reconciliación nacional, para coadyuvar en la paz y las libertades ciudadanas

Cuando la muerte ronda, los espíritus "buenos o malos" se manifiestan de distintas maneras. Cuando es de un espíritu malo, los espacios se reducen a su más mínima expresión; la esperanza no solo la pierde el moribundo, sino quienes lo acompañan. Dicen que cuando un "espíritu malo" actúa de manera insoslayable las consecuencias son dramáticas, y si estas se desarrollan, lógicamente, sin la presencia de Dios, son irreversibles.

El "comandante eternamente enterrado" comenzó a tener contactos con sectas satánicas como: babalaos, paleros, lukumi, entre otras, en Cuba; por influencia determinante de Fidel y de Raúl, se adentró en el mundo del sincretismo religioso y aceptó un camino que lo llevó a su destrucción moral, psíquica y física; sin proponérselo, aceptó un espíritu malo a nivel de su conciencia y de sus acciones. La obsesión por el poder que llevó a cabo, asolando todo a su paso, sin consideración ni misericordia por los afectados, es el dominio que los malos espíritus ejercen sobre las personas con el fin de enseñorearse de ellas y someterlas a su voluntad por el placer que experimentan causando daño. 

El espíritu malo es perverso y dañino, arrastra a la persona como si la tuviera dentro de una red, paralizada a su voluntad, le obliga a cometer extravagantes, a pesar suyo; en una palabra, le magnetiza, le produce la catalepsia moral, y entonces el individuo se convierte en ciego instrumento de los gustos del espíritu.

El engendro heredero y diablodado, por mandato de los satánicos cubanos, asumieron las normas preestablecidas antes de su muerte, por el fundador del régimen maligno; y siguieron, con el espíritu malo incorporado, al pie de la letra esas malvadas indicaciones. De allí ese trato malévolo y satánico con la sociedad en general, ya que esta con la fuerza indetenible del soberano y con el apoyo inequívoco de Dios tiene al espíritu malo, moribundo, casi en el último resuello. 

El 6-D marcó un estadio de renovación en el contexto global: político, económico, social, ético, religioso y una victoria indiscutible del "espíritu bueno". La AN tiene que cumplir el papel de lograr a través de la Ley de Amnistía la reconciliación nacional, para coadyuvar en la paz y las libertades ciudadanas y construir una Venezuela, con un nuevo viraje en lo económico, de prosperidad y progreso. Muerte al régimen, al moribundo; esperemos su último resuello.

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