Esperemos que los resultados del próximo domingo 20, de ser favorables al candidato opositor, el candidato oficialista reconozca la victoria del oponente y su derrota. Estaríamos dando el primer paso para el rescate definitivo de la democracia que conocimos
El domingo 20, los venezolanos tenemos una obligación con la historia y el futuro de este país. Se nos llama a votar, a elegir al Presidente de la República y a los Consejos Legislativos de los estados. Nos encontramos ante un desiderátum, votar o abstenernos. El sector oficialista se ha limitado a invitar a sus seguidores para la reelección de Maduro, y la MUD a promover la abstención. Sin embargo, transcurrido como ha sido los días de breve campaña electoral, se percibe en el ambiente que en el oficialismo se plantea la tendencia a abstenerse o a votar en contra de Nicolás Maduro. Asimismo, en el opositor, donde al inicio se apreciaba una tendencia radicalizada hacia la abstención, hoy podemos decir que la realidad ha cambiado, y en forma aluvional se siente en la calle una inclinación de ese electorado a votar por ser esta la única forma y vía para promover el cambio que el país está demandando.
Como sabemos, no existe suficiente confianza para que los ciudadanos voten y expresen sus preferencias. Son muchas las diatribas que en torno al CNE se han dicho y han sembrado sin lugar a equívocos, el temor del pueblo a que le escamoteen su voto, y su voluntad no sea respetada, pero mayor es la tendencia de ese pueblo por resolver de una vez la grave situación política, económica y social que vive el país, recrudecida en la gestión del actual Presidente quien, como si no tuviese ninguna responsabilidad, se pasea por las calles de Venezuela pidiendo se le reelija, porque “ahora sí es verdad” que él va a trabajar para superar los graves problemas económicos que padecemos, los cuales se agravaron bajo la sombra de su gestión.
Cada vez que se nos convocó para expresar nuestras preferencias, acudimos sin reservas, confiados y seguros, con resultados que todos los venezolanos acatábamos por igual. Esperemos que los del próximo domingo 20, de ser favorables al candidato opositor, el candidato oficialista reconozca la victoria del oponente y su derrota. Estaríamos dando el primer paso para el rescate definitivo de la democracia que conocimos, la cual ha sido vapuleada bajo el amparo de un discurso dirigido a resaltar un nuevo sistema de Gobierno, el socialismo, del que muchos de los que lo pregonan desconocen su significado, y sólo ha sido para ellos una tabla de salvación para justificar los barbarismos que hemos visto en casi 20 años de gestión de la llamada Revolución Bolivariana. Vamos a votar. No te quedes, porque eso significa perder, y ya no nos queda mucho país.