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A través de las frecuencias de radio de las líneas de taxi de Maracaibo solo se escuchaba una sola cosa: “51 por 60”. El código de auxilio de los profesionales del volante. La llamada era de Mervin José García (49), el 577 según la denominación de Taxi Tour Zulia, quien acababa de recibir un balazo de parte de unos sicarios quienes al verle la cara dijeron: “Coño nos equivocamos. Este no es”.
El crimen ocurrió en la calle 83 con avenida 13A del sector Belloso, parroquia Bolívar, ayer a las 6.30 de la mañana cuando García trasladaba a una mujer hacia su trabajo en una clínica en Bella Vista. Los testigos comentaron que el conductor y su pasajero iban en un Kia Río rojo, placa VCX02G, que fue interceptado por un Monza del cual descendieron dos hombres.
Uno de ellos sacó un arma e hizo dos disparos contra el carro de la víctima. Uno de los disparos entró por la parte de atrás y otro en la puerta del conductor. Este último alcanzó a García en la costilla derecha. El compañero del sicario abrió la puerta y en ese momento vieron que habían disparado a una persona que no era a la que estaban buscando.
La pasajera de la víctima entró estado de shock y los antisociales empezaron a insultar y tomaron su bolso para luego huir en su carro. La víctima pidió ayuda a la central de la línea, pero nunca se identificó. La dama agarró el micrófono del transmisor para corroborar el llamado de auxilio. Luego salió y gritó a los vecinos y comerciantes de la calle para socorrer al taxista.
Casual
Un compañero del occiso aseguró que al otro lado de la frecuencia el centralista empezó a llamar a todos los conductores que durante la mañana se reportaron para prestar servicios. “Todos contestábamos que no teníamos novedad, pero sabíamos habíamos escuchado el pedido ayuda. Tardamos en saber quién era porque él nunca se reportó a servicio. Estaba haciendo un transporte”.
Transeúntes, comerciantes y habitantes de la cuadra estaban paralizados ante la imagen del taxista falleciendo. No todo estaba perdido, al menos en ese momento, porque el técnico que repara los radios de la compañía de taxis pasaba por la esquina y cuando vio el tumulto de gente se acercó. Al ver de quien se trataba pidió ayuda a unos de los vecinos.
Colocaron a García en el asiento trasero y en su carro lo llevaron a un centro asistencial privado de la calle Falcón. A las 7.00 de la mañana los médicos que lo atendían decretaron su muerte. La bala que lo mató atravesó su humanidad causando daños en los órganos internos. La emergencia se llenó de compañeros de trabajo del baleado y de sus familiares quienes llegaron al lugar luego de recibir una llamada de los ejecutivos de la línea.
Jesús García, uno de los hijos del profesional del volante, explicó que su padre vivía con él y con su abuela en el barrio La Cañonera, sector San Trino, detrás del Seguro Social de Sabaneta. Indicó que estaba preparándose para cursar estudios de Derecho en la Universidad Rafael Urdaneta.
La Policía científica ordenó buscar los videos de los comercios adyacentes a la escena del crimen para obtener una descripción más clara del carro de los homicidas o del momento del crimen.