Venezuela quiere democracia y libertad

 

El sufrimiento que hoy padece nuestro pueblo tiene que servirnos de incentivo, recuperar el tiempo perdido y convertir a Venezuela en una patria de progreso y bienestar

La demostración del pueblo en la consulta popular del 16 de Julio entrará en la historia de nuestra patria y del mundo como una de las más contundentes manifestaciones de desobediencia civil y resistencia pacífica. Ante la negativa de este Gobierno de realizar elecciones universales y directas, la Unidad Democrática, con el aval de la AN, hizo esta convocatoria que se convirtió en un ejemplo de masiva participación pacífica. 

Impresionó no sólo la cantidad de ciudadanos, sino la actitud de miles de integrantes de partidos políticos y sociedad civil, resistencia, plantones y, especialmente, de los Comités para el Rescate de la Democracia, en la organización y logística. Mis felicitaciones y agradecimiento a estos valiosos ciudadanos. 

Casi ocho millones de venezolanos nos pronunciamos en contra del fraude constituyente; exigimos a las FAN el respeto a la Constitución y a la AN; aprobamos la designación de los poderes públicos, llamado a elecciones y la conformación de un gobierno de unión nacional. 

Esa masiva respuesta nos ubica en una agenda en tres áreas: A lo interno, se profundiza la protesta legítima y pacífica. A lo institucional, la AN culmina la selección de poderes públicos. A lo externo, se agudiza la política internacional de la Unidad para seguir canalizando apoyos de organismos y gobiernos en todo el orbe, ejerciendo la presión necesaria hasta que podamos dilucidar este conflicto por la vía que indica la democracia y la CRBV. 

El PSUV y el CNE, que son lo mismo, organizaron, el mismo día y a la misma hora, un simulacro del fraude constituyente que quieren adelantar con la elección de constituyentistas fijada para el 30J, para generar miedo y obligar a quienes trabajan para el Estado a participar en su actividad. Al contrario, nadie se amilanó y ambas jornadas demostraron las dos realidades de este país. Por un lado, un poder disminuido, sin apoyo popular y agresivo. Por el otro, una inmensa mayoría en resistencia que salimos a la calle a luchar por esta patria que no vamos a abandonar. 

Venezuela quiere democracia y libertad. Nuestra patria repudia la violencia y el irrespeto a su soberanía. El sufrimiento que hoy padece nuestro pueblo tiene que servirnos de incentivo, recuperar el tiempo perdido y convertir a Venezuela en una patria de progreso y bienestar, donde Estado y Gobierno sean instrumento para el desarrollo y no un problema mayúsculo como lo son hoy. Para tener futuro tenemos que actuar ahora ¡Adelante Venezuela! 

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